CHIRIMIRI

Ayer no pude escribir, no es que no tuviera tiempo, si no que estaba un poco pachucho, se ve que el cuerpo no esta preparado para estas temperaturas en estas fechas, de 11 a 15 grados, con chirimiri y con viento, la verdad, no es lo que esperábamos , y eso que me dijo una amiga » como vas en estas fechas, que vas a pasar mucho calor» y la verdad no estoy pasando calor ni en la cama y eso que duermo con manta (ayer con 2).

Pero intentare continuar donde nos quedamos, en Viana, otra empinada ciudad medieval, última ciudad de Navarra, desde donde se puede divisar el comienzo de La Rioja, llena de viñedos. Como en casi todos los sitios, hay que salirse de la ruta principal, para encontrar un menú adecuado, pues 3€ menos, se notan, y encima se comía de fábula y te atienden mejor.

Iniciamos el camino, con frío, chirimiri y viento, nos lo queríamos perder.
Unos supuestos 22 kilómetros, que deben haberlos medido en línea recta, pues al final salieron 24,8, no es que sean muchos más, pero van minando.
Pasamos por Logroño, una ciudad en donde perder un buen rato, pues merece la pena, la Concatedral, la iglesia de Santiago, la muralla, y la calle Laurel, nosotros habíamos estado hace relativamente poco, pero encontramos en la misma plaza de la Concatedral, una cafetería donde no tomamos un café y unos bocadillines muy ricos, y nos sirvieron para calentarnos un poco, por dentro y por fuera.

Seguimos nuestro camino, con la misma tónica climática, aunque ya sin agua, un tramo de unos 12km aburrido, que hacen que se te hagan un poco largos.
Llegamos a Navarrete( hay algún pueblo que no esté en cuesta), recomendar el albergue el Cántaro, por cómodo y bonito y el restaurante el Molino ( en el comen hasta los trabajadores de la zona).
De Navarrete a Najera es un paseo y siempre que no llueva o te de el viento de costado, es un descanso para las piernas.