Viernes de Dolores

Un año más, he podido realizar la más importante actividad familiar del año, una tradición que se remonta ya mucho tiempo y que cada año es más entrañable y bonita. Unimos, tradición, religión, amistad, familia, que más podemos pedir.
Un año más hemos podido sacar, lucir, pasear con orgullo nuestra Virgen, Nuestra Señora de los Dolores, «La Dolorosa».
Os pensaba contar, la razón de los capirotes en Semana Santa, pero creo que si queréis, podéis preguntármelo o hacérselo a Wikipedia, que seguro que os darán múltiples explicaciones.
Pero creo, que mejor os voy a contar, por qué, he puesto «nuestra Virgen».

Hace muchos años, la tía Ambrosia, prometio a la Virgen, la que fue destruida, que después de la guerra, iba a postular por las calles del pueblo, pidiendo, para poder comprar otra imagen.
Y se puso a ello, cuando ya tenía bastante, su primo y dueño de anís La Asturiana, que aunque el nombre pueda llevar a error, se hace en Quintanar
de la Orden ( Toledo), puso el dinero que faltaba.
La Virgen, de talla completa, se desembalo en su casa, y no se atrevieron a sacarla hasta que tuviera un vestido acorde a su nombre, tenía que ser negro, y la solución la encontraron en el vestido de novia de mi tía,( antiguamente, cuando alguien estaba de luto, vamos que se había muerto alguien de la familia, si se casaba, se casaba de negro).
Cuando la tenían vestida, mi tío Benito, que era muy pequeño, dijo, yo se donde esta lo que le falta a esa señora, subió por los almacenes de la iglesia, por los tejados y encontró y trajo, el corazón con los siete puñales.
Como en aquella época, las mujeres no salían en procesión, lo hicieron los hombres, el apodo de la familia era «los herreros», esta claro a que se dedicaban, y aunque en un principio la llevaron en andas, una vez que compraron el manto y el palio, decidieron hacerle una carroza, con una antigua calesa.
El tío Pepe, fue el que estuvo toda su vida sacándola, mi padre aún sigue viviendo este acontecimiento, con toda su pasión, yo desde jovencito, y mis hijos desde que nacieron, en su carrito y luego con su traje. Hoy en día, mi hijo ya no me deja dirigir la carroza, lo hace el, con su tío, de la misma forma, que yo con el tío Pepe comencé.
Mis padres, no sólo lo viven, confeccionan los trajes, los preparan, planchan, organizan, y eso que cada año, tenemos que probarnos, pues nunca esta claro cual es el nuestro, como dice mi madre, todos llevan mi nombre….
Junto con la prima Loli, preparan la cena para los que quieran quedarse, y al día siguiente, recoger las flores, las faldillas, el palio, el manto, las joyas, quitarla de la carroza. Un trabajo que se hace con alegría, pues igual que en la procesión, participan hasta los más pequeños.
Creo, que queda entendido, porque digo nuestra Virgen. Aunque no lo digo yo sólo, mis primos y demás nazarenos, que aunque pocos, tenemos mucha ilusión, la consideramos algo de nuestra familia. Lo siento, por aquellos, que quieren, estropear estos momentos familiares, no lo conseguirán, siempre habrá algún hijo, nieto, sobrino de la familia de los herreros, dispuesto a querer a Nuestra Señora.

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